Los robots no van a quitarnos los trabajos
Encontrar el equilibrio entre trabajadores humanos y robots será vital para las empresas que quieran enfrentarse al futuro preparadas.
Mucho se ha hablado de cómo los robots nos quitarán el trabajo; algunos incluso ya están ideando contingencias para cuando eso ocurra.
Por ejemplo, el concepto de la renta básica universal que tanto está dando que hablar últimamente; el único motivo por el que se está planteando seriamente la posibilidad de regalar sueldos es porque los puestos de trabajo actuales serán ocupados por robots.
Buscando el equilibrio entre trabajadores humanos y robots
O al menos esa es la idea que tenemos del futuro. Sin embargo, es mas probable que la realidad acabe pareciéndose mas a un punto intermedio; que se consiga un equilibrio entre trabajadores humanos y robots.
En otras palabras, en muchos casos los robots no sustituirán a los humanos, sólo los complementarán; los únicos puestos que serán ocupados en exclusiva por robots serán aquellos que sean peligrosos o repetitivos. Hay buenos motivos para pensar que esto será así; principalmente porque ya hay una industria que ha pasado por lo mismo y puede enseñarnos mucho, según la consultoría Oliver Wyman.
Estoy hablando de la industria del automóvil, por supuesto; esta ha sido la mas rápida en adoptar a los robots como nuevos trabajadores. Por el camino la industria ha sufrido muchos reveses, ha cometido muchos errores y ha aprendido mucho; el resto de industrias tiene un ejemplo perfecto en el que fijarse para no cometer los mismos errores.
Depender en exclusiva de robots te envía a la cola en productividad
Y lo que la industria automovilística nos dice de los robots, es que no deberíamos depender en en exclusiva de ellos. De hecho, los fabricantes que han dependido excesivamente de los robots se encuentran a la cola en productividad; por increíble que suene, dedicar una máquina a un trabajo puede ser menos productivo que dárselo a un humano. Todo depende de la tarea en sí.
Los números no mienten (aunque Oliver Wyman no pueda decir a qué compañía pertenecen). Cuando quieren fabricar un modelo nuevo de coche, algunas compañías tardan hasta seis meses en la transición; mientras que otras sólo necesitan un día.
Las compañías más productivas han sido aquellas que han asignado trabajadores humanos a puestos clave; mientras que han mantenido robots en puestos muy específicos:
- Los que requieran repetición constante.
- Aquellos que tengan que producir una calidad consistente.
- Que sean especialmente peligrosos o ergonómicamente complicados para un humano.
Sin embargo, no todo lo que cumpla aparentemente esos requisitos es un buen trabajo para las máquinas. Una historia curiosa ocurrió en una fábrica europea, que invirtió 10 millones de euros en robots que instalaban parabrisas; esta tarea normalmente se deja a humanos con la ayuda de máquinas.
Los resultados fueron bastante malos, financieramente hablando. Los nuevos robots eran muy eficientes y eran mejores que los humanos en algunas tareas; como colocar el pegamento que mantiene el parabrisas en su sitio. Sin embargo, la complejidad de estas máquinas era tal que para mantenerlas hacía falta el doble de empleados que los que antes instalaban los parabrisas.
La personalización, el campo donde los humanos vencen
Los peligros de dar el salto a la automatización a ciegas están claros. Por contra, tenemos el ejemplo de una fábrica que, entre 2005 y 2015, instaló 1.000 robots nuevos; y sin embargo, la cantidad de empleados sólo bajó en un 8%, incluso aunque la producción bajase en 100.000 unidades.
El motivo está en la personalización del producto. En el caso de los coches, cada vez es más común que el cliente pida un modelo a medida; en ese caso, en vez de reprogramar los robots para que monten un coche diferente, sale mejor decírselo a los empleados.
Es simple, pero es una buena pista de por dónde pueden ir los tiros en el mercado laboral en el futuro cercano.
Fuente: Omicrono
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